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De angustias y otros miedos.
Autor: José Carlos Villalobos Ávila.

La filosofía es totalizante y crítica. Se concentra en la búsqueda de los fundamentos basados principalmente en la razón. Sin dejar de lado las teorías que tratan de explicar estos principios con ideas abstractas o subjetivas, el término totalizante implica eso precisamente, abarcar la mayoría de las posibles respuestas del entorno a que pertenece el hombre. También es crítica porque el pensamiento filosófico nace a partir del constante cuestionamiento sobre el mundo que rodea al individuo. Así lo hicieron los filósofos de la antigüedad, y así continúan haciéndolo hasta la fecha los contemporáneos.
Lo anterior lleva a la reflexión humanista, a la consciencia de que somos seres vivos pensantes, y como tales, con reacciones que, independientemente del aspecto biológico, se pueden analizar en un contexto filosófico. Un ejemplo de ello son las teorías de Michel de Montaigne, pensador francés que existió entre 1533 y 1592. Considerado como el precursor del ensayo, su obra trata acerca de la frustración y el desencanto que produce la vida y cómo logra conciliarse con ella. En su ensayo sobre el miedo lo cataloga como una pasión por demás extraña que no se conoce su origen, no obstante ésta pasión es la que puede llegar a trastornar nuestro juicio, y nuestras acciones hasta llegar a causar alucinaciones. Desde el punto de vista biológico puede llegar a considerarse patológico.
Montaigne lo explica asegurando que los que viven sumidos en un constante miedo de perder sus propiedades y bienes están subyugados por una angustia profunda, “en tanto que los pobres, los desterrados y los siervos suelen vivir alegremente”. (Santander 2009, P 163)
Continúa afirmando, ahora desde una visión filosófica que el miedo no significa cobardía, pero sí supone la valentía como un recurso racional para enfrentarlo. Y remata diciendo que la paz proporciona la humildad de espíritu, aceptar la muerte como destino natural es un ejemplo de la única vía para dominar el miedo según el pensamiento de este filósofo.
Por su parte Soren Kierkegaard, teólogo y filósofo danés (1813-1855) plantea el problema de la angustia a la que considera una causa fundamental para entender la relación del individuo con el mundo. “La ansiedad es un sentimiento anormal de temor ante un estímulo o una amenaza, que generalmente permite identificarla y adoptar una respuesta adecuada. Si la causa del peligro es reconocida, se utiliza el concepto de miedo, y si es difícil de precisar, se usa el concepto de ansiedad. (empendium s.f.). A partir de esta definición se puede comprender el estado anímico en el que se encuentra la persona que la padece. Sin embargo, en el plano filosófico, Kierkegaard en su obra El concepto de la angustia, afirma que “en la angustia experimentamos la nada absoluta” (Santander 2009, P 164).
La filosofía de Kierkegaard es individualista, trata sobre el conocimiento de la existencia del individuo. Este conocimiento no es parte de una manifestación sistemática, porque constituye un conocimiento absoluto de la vida humana y de la historia. En otras palabras, el conocimiento sistemático es racional, pero esto provoca que al existir una explicación lógica se malinterprete el concepto. Porque solo en el individuo concreto y no en el concepto se encuentra la verdad, la cual es subjetiva para él.
Su tesis propone tres niveles de existencia a saber: la Estética, busca el placer, la forma y la apariencia. Por este medio el individuo busca evitar el aburrimiento. La Ética, que exige un total compromiso con el deber y la responsabilidad, y las obligaciones sociales. Y por último la religión, donde se busca preservar estos elementos convencionales que según Kierkegaard son factores que ocasionan la pérdida de responsabilidad individual.
Esto quiere decir que al pasar de un nivel a otro debe ser por elección propia, individual, producto de una reflexión, y no por un acto de fe. Es en este punto donde se experimenta la ansiedad, lo que él llama la nada absoluta. Porque al elegir por sí misma, la persona se somete a la sensación de desesperanza que provoca la ansiedad al preguntarse si esa elección propia, sin escudarse en concepciones racionales es correcta. Lo que no sucede si lo hace en nombre de la religión por ejemplo. Es decir, al invocar otros valores se deja de lado el aspecto subjetivo donde tiene lugar la elección personal que los hombres prefieren atribuir a otras causas convencionales porque no pueden cargar con las consecuencias de sus actos al decidir por sí mismos. Hasta la fecha es común escuchar decir a la gente “con Dios lo pagarás”, o “si Dios quiere”. Otras personas culpan de su infortunio a la vida, a familiares, o amistades, de todo lo malo que les pasa lo cual según Kierkegaard, es consecuencia de las propias decisiones que toma el individuo.
Con esto Kierkegaard coloca los cimientos del Existencialismo, corriente filosófica que considera que la cuestión fundamental del ser es la existencia humana y no la esencia.
Referencias bibliográficas.
empendium. s.f. https://empendium.com/manualmibe/chapter/B34.II.21.5. (último acceso: 26 de julio de 2020).
Santander, Roberto León. Filosofía. Naulcalpan Estado de México: ST, 2009.