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Entre otras cosas: Creer, saber y conocer de Luis Villoro.
Por: Paola Juárez

Estos tres conceptos vienen de la mano de Luis Villoro, filósofo que fue profesor en la UNAM, perteneció al grupo Hiperión, estudioso del ser mexicano con su texto “Los grandes momentos del indigenismo en México” que ve la luz en 1950, además, tiene un premio nacional de ciencias y artes que le entregan en 1986.
Nace el 3 de noviembre de 1922, hizo su doctorado en filosofía en la facultad de filosofía y letras de la UNAM y en 1948 comienza su labor como profesor de la misma, fue discípulo de José Gaos, otro filósofo importante de habla hispana, pero además de compartir con ustedes sus datos biográficos lo que quiero tratar de hacer es desmenuzar sus tres conceptos de CREER, SABER Y CONOCER, siento que así como Villoro hace mención, a veces se toman como actividades sinónimas que llevan al conocimiento y cuando se hace esto se crean problemas de comunicación que luego uno no se da cuenta, pero con estos conceptos sí se establecen relaciones de conocimiento que luego resultan erróneos (al menos esa fue mi experiencia).
Entonces, lo que hace Villoro en este texto es un análisis sistemático de estos conceptos epistémicos fundamentales como creencia, certeza, saber, conocimiento, y establece sus relaciones para checar, por ejemplo, cuáles son las razones que justifican nuestras creencias, y si tenemos creencias, que creo que todo el mundo las tiene de alguna u otra manera, cómo es que se distorsionan con nuestros deseos, con lo que queremos, con lo que nos interesa hacer o lograr, me gustó mucho de éste autor que nos da ejemplos sencillos para hacernos entender en cómo a veces, no nos damos cuenta pero usamos estos conceptos, y más que nada el Conocer y el Saber como sinónimos, y no nos hemos detenido a reparar en cuáles son las diferencias o cuáles son las características de cada uno, porque sé que existe la noción de que saber y conocer no son la misma cosa o tienen la misma acción o características, sin embargo, esto es lo que Villoro nos ayuda a comprender con su libro.
Villoro en su texto, un poco más allá de la mitad del mismo, comienza a hacer la distinción de conocer y saber, que es lo que nos interesa en este artículo, el saber lo toma como un complemento directo del conocer y pone el ejemplo de una especie de división en el uso que le damos en el lenguaje (lo cual nos recuerda un poco a Wittgenstein) dice: “Conocemos objetos o personas, sabemos que algunos objetos tienen ciertas propiedades, o bien, sabemos hacer operaciones, pero no sabemos objetos ni personas” (p. 197) Conozco algo o a alguien, sé algo acerca de algo o de alguien, pero no sé a alguien.
Entonces, con este ejemplo vemos que, conocer, dice Villoro, conocer un objeto significa saber algo acerca de él, algo o algunas cosas, por ejemplo, dice el texto, si alguien afirma que te conoce a tí lector, como seas, si eres amigable, amable, que te gusta cierto tipo de música o etc, que alguien sepa algunas características de ti no quiere decir, en absoluto que te conoce, yo puedo saber muchos datos sobre Grecia, he visto fotos de las ruinas, sé, porque leí, de sus filósofos antiguos, sus batallas históricas etc. puedo saber muchas cosas de Grecia, pero si alguien me pregunta ¿bueno y la conoces? voy a tener que decir que no, porque jamás he estado ahí, y entonces, dice Villoro que conocer algo significa más que poder decir cosas de ese algo, para yo poder decir que conozco Grecia tuve que haber visto su gente, caminar sus caminos, sentir su clima, probar su comida etc. Al igual que con el otro ejemplo, conocer a alguien significa tener una relación personal, entonces para conocer algo es preciso haber tenido esa experiencia personal y directa, al igual que no se puede conocer lo que no se puede contemplar. Y pone otro ejemplo, dice que quien haya visto por telescopio conoce a la estrella Sirio, pero nadie conoce un electrón, o la naríz de Cleopatra, o el centro de la tierra.
Y bueno, esta experiencia personal y directa para poder decir que conocemos algo no sólo puede abarcar a lugares y cosas sino en un sentido más amplio, decir que abarca todo aquello que conozcamos y que no necesite intermediarios de ningún tipo sino que el conocimiento sea totalmente personal y subjetivo.
En cambio entonces está el saber, que para saber algo de X cosa, no necesito tener una experiencia directa, vuelvo al ejemplo, puedo saber muchas cosas de Grecia sin conocerla, pero pasamos ahora al tema del saber, nos dice Villoro en el capítulo 6 que en el lenguaje ordinario lo usamos para distintos sentidos y que se pueden definir en tres principales acepciones, si nos ponemos a revisar la definición de la palabra, la cual es: “tener sabor”, “saber que” o “saber”, luego la conexión con un verbo infinitivo como correr, viajar, saltar, cantar, etc.
Luego menciona los usos del verbo saber y hay dos: “saber que” que se utiliza seguido de una oración que menciona un hecho como “sé que la tierra está achatada” lo cual hace constar que, en este uso de saber, lo que se diga después pueda ser verdadero falso.
Ahora, existe otro verbo de Saber, ya dijimos “saber que” ahora decimos “saber cómo” que también se utiliza como ”saber hacer” y esta mención va después de un verbo- escribir, coser, tejer etc. que menciona una actividad, y al contrario del anterior, ésta no se puede calificar como verdadera o falsa, sino como si existe o no, es decir, que yo sepa que la tierra está achatada puede ser falso o verdadero pero que yo sepa escribir, coser o tejer simplemente existe o no.
También menciona que sin duda, quien sabe realizar una actividad sabe que esa actividad tiene tales o cuales características, por ejemplo, quien sabe manejar sabe que no se puede frenar a la mitad de una curva, que cuando el piso está mojado conviene ir despacio porque el carro puede derrapar o cosas por el estilo, pero entonces, lo contrario no puede ser, no puedo sólo saber las características de algo y decir que sé hacer la actividad, por ejemplo, puedo saber muchas cosas sobre el manejo de un carro y no saber manejar o saberlo todo sobre natación y no saber nadar, es decir, podemos saber cosas o actividades pero saber hacerlas es cosa distinta, el saber hacer es como comprobar que sé, pero no son iguales.
Y bueno, así es como rescaté de forma muy general, los conceptos de Conocer y Saber que Villoro explica de una forma muy extensa y los invito a leer, que lo revisen porque es muy concreto y muy preciso porque nos expone todo lo relacionado al tema, nos explica lo que es el Saber desde la primera, segunda y tercera persona, luego las razones para saber, saber y verdad, conocer y saber, experiencia, razones para conocer, tipos de conocimiento etc. sí es bastante intenso pero interesante, los dejo con esta recomendación.
Referencia bibliográfica:
Luis Villoro. (1982). Creer, Saber, Conocer. México: siglo xxi editores.