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Economía Libre
Actualizado: 1 ene 2022
Autor: José Carlos Villalobos Ávila.

El liberalismo económico es una corriente cuyo exponente fue Adam Smith, nacido en Reino Unido (1723-1790). Economista connotado que estudió los intercambios comerciales generados entre los países en esa época. Descubrió que, al establecer un comercio de productos de una nación a otra, se cobraba un arancel demasiado alto. Con esto, el crecimiento económico era nulo, puesto que al ingresar productos con impuestos altos, únicamente los ricos, o la nobleza, tenían acceso a ese artículo, mientras que las masas no podían comprar dichos productos. A esto, él le llamó mercantilismo. Adam Smith propuso prescindir de ese arancel alto, bajar al mínimo el impuesto de los artículos que se comercializaban, con el propósito de que las clases sociales, con menores recursos, accedieran a los productos y, se impulsara el intercambio económico. Es decir, quería “liberar” los precios. Así, se motivaría el consumo de bienes, y con ello, la producción.
La producción implica que la gente empiece a demandar más bienes de consumo. Pero, ¿Cuál es el mecanismo que determina qué debe producirse?
Hay una máxima en la economía, a mayor demanda, el precio se eleva. Los consumidores empiezan a competir entre sí y pagan un precio más alto. Esto provoca que entren más oferentes al mercado de los productos que la gente prefiere. Sin embargo, para que ésta situación no provoque excedentes, o escasez de productos, debe existir un elemento que preserve la estabilidad de los mercados. Adam Smith propone en su libro la riqueza de las naciones, una solución a esta interrogante. Le llama “la mano invisible”. Es el elemento que regula a las relaciones comerciales. Ya establecimos que la demanda de productos incentiva la aparición de más oferentes, los cuales bajo su propio interés deciden qué se debe producir. Entonces la demanda ya no depende de unos cuantos fabricantes de productos, sino que, al crecer la oferta de productores del mismo artículo se genera competencia, empiezan a bajar los precios para incursionar o mantenerse en la preferencia del consumidor. Así el precio se establece de acuerdo a la ley de la oferta y demanda. Con esto la mano invisible mueve a los mercados a una estabilidad. Y los productores compiten también entre ellos, por ser rentables.
El gobierno –decía Smith- no debe intervenir en este proceso económico. Únicamente se debe ocupar de su función como órgano rector y administrar los bienes públicos del Estado. En este contexto, la economía se mueve con total libertad y son los productores y consumidores los que, por medio de la mano invisible regulan los precios y cualquiera que sea dueño de los medios de producción, puede ingresar a esa dinámica comercial.
Con esto, Adam Smith dio la pauta para el liberalismo económico, precursor del neoliberalismo y de consecuentemente de la economía de libre mercado, modelo económico en el que nos encontramos actualmente. Pero de esos conceptos hablaremos en futuras entregas.
Referencia:
Julia Villalobos Sánchez, @artist.v22, 2021, "Rancho". Fotografía