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Juana de Arco.

Por: Magdalena Cancino Z.
Nace Jeanne Darc en la aldea de Domrémy, situada entre la Champagne y el Barrois, en Francia en el año de 1412.
Juana de Arco, como comúnmente se le conoce en español, escucha por primera vez voces en su cabeza, más o menos a la edad de los 13 años de edad, es decir por el año 1425. Y dice que esas voces le revelan que su misión en la vida, es ayudar al delfín (título nobiliario francés empleado ininterrumpidamente desde 1349 hasta 1830, y reservado a los príncipes herederos al trono de Francia que fuesen hijos legítimos del monarca reinante), Carlos VII, para vencer a sus poderosos rivales.
Juana de Arco, era una campesina de familia bien, y se cuenta que tuvo un papel importante en la guerra de los cien años, una guerra donde el ejército francés fue vencedor en el año 1453.
Juana comenzó a experimentar una serie de sucesos que calificó como divinos. Con tan solo 13 años, la joven Juana aseguró haber visto a San Miguel, Santa Catalina y Santa Margarita. Estas visiones cambiaron el destino de la doncella. Según se cree, estas visiones le ordenaron llevar una vida “devota y piadosa”.
En el mes de mayo de 1428, ella marcha a Vaucouleurs para poder estar en comunicación con Robert de Baudricourt, único personaje que por su rango y mando político podía ser intermediario entre ella y el rey. Después de algunos inconvenientes, Juana de Arco llega y habla con Robert de Baudricourt, lo convence de que tienen que hablar con el rey, y de esta manera logra conseguir un traje de soldado y una tropa de seis hombres, así pues emprende su camino a Chinon un 23 de febrero 1429. Era la única meta de Juana, llegar a esta ciudad y arrodillarse ante el delfín y pedirle la ayuda necesaria para llevar a cabo un proyecto de coronación en la catedral de Reims, lo que se suponía libraría al reino francés de los ingleses.
A Juana de Arco se le conocía como la doncella de Orleans, debido a que a manera de prueba, los altos mandos, ordenaron ponerla a prueba para ver si su convicción era por parte de Dios, y le dejaron con viudas, sacerdotes y soldados para ver si no caía en la tentación de la carne y sus bajos instintos. Todo esto en Orleans, ahora bien, todo mundo le tenía miedo pues vestida de hombre y diciendo que era enviada de Dios, Juana inquietaba en demasía. Y de esta prueba le vino el sobrenombre ya mencionado.
Juana no conocía absolutamente nada del arte de la guerra pero creía firmemente, que bastaba con que los soldados no tuvieran malos pensamientos, ni buscaran placeres insanos y de esta manera conseguirían la victoria. Por eso ella misma se dedicó a expulsar a las prostitutas que en aquellas épocas acompañaban a los ejércitos. Aunque ella iba ganando popularidad en el ejército, no lo comandaba Y dejaba esas funciones a los capitanes experimentados.
Las tropas de Carlos VII, animadas por la Doncella, fueron tomando uno a uno los castillos defendidos por los ingleses, pero los ingleses no estaban acostumbrados a perder y comenzaron a decir que esto era parte de la brujería que profesaba Juana de Arco.
El 18 de julio de 1429 tenía lugar la coronación de Carlos VII en Reims, tal y como había deseado la Doncella, el rey ungido con el aceite de la santa ampolla con el que según la tradición, fue bautizado Clovis, primer rey de Francia.
La Doncella ya había culminado su misión, crecida, por su éxito, Juana se empeñó en conquistar Paris, pero su compañía constituyo un rotundo fracaso militar.
Poco después fue acusada por sus jueces de haber ordenado ese asalto el día de la navidad sin esperar la paz religiosa.
Tras este fracaso se le encomendaron tareas fácil y de poca importancia, pues ya no era de gran utilidad y se le empezaron a dar favores a ella y a toda su familia, como agradecimiento y compensación a los servicios prestados y a su inactividad.
Juana de Arco, no comprendía las razones de su retirada fue rezagada y hecha prisionera, de esta manera Juana, cae en manos de los ingleses, aunque bien se hubiese podido pagar un rescate, Carlos VII, no lo hizo.
Prisionera a las puertas de la ciudad de Compiégne. Desde el momento de su captura la inquisición y la universidad de Paris se disputaban el honor de juzgarla, aunque al final fueron los ingleses por diez mil libras de oro, quienes obtuvieron la presa.
De esta manera Juana, no enfrenta un proceso de prisionero de guerra, que era lo que se tenía que hacer, se decía que no se puede tener encerrado a un ángel o a un demonio.
Así que fue la propia iglesia y los maestros de la universidad de Borgoña, quienes exigieron la entrega de la prisionera a la santa inquisición.
Juana se negó a hablar de las revelaciones a Pierre Cauchon, teólogo de la universidad de Paris, y este la mando a la hoguera.
Verdad o mentira, se cuenta se dice y se rumora que Juana de arco, La Doncella de Orleans; no fue quemada en la hoguera, que a la que quemaron fue otra mujer, parecida y que ella siguió luchando contra las tropas inglesas, amparada por el Duque de Orleans.
Referencias:
civilización, Protagonistas de la. Juana de Arco. Madrid: Debate, 1983.
Díaz, C, Mónica. «Juanita.» Independiente. Juana de Arco. Tijuana, 2021.