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¿La filosofía es una ciencia?

Autor: José Carlos Villalobos Ávila.
Cuando se pretende ofrecer una definición de filosofía surge la problemática de hacerlo desde varios puntos de vista. Es decir, resulta ambigua esa labor. Entre los estudiantes lo común es escribir una definición etimológica o científica. Con esto, inconscientemente dan por hecho que se trata de una ciencia. Y es que, la primera fuente de consulta entre los jóvenes alumnos es Wikipedia, que la define así: “La filosofía (del griego antiguo φιλοσοφία ‘amor a la sabiduría’ derivado de φιλεῖν [fileîn] ‘amar’ y σοφία [sofía] ‘sabiduría” (1) . Algunos sitios más osados se refieren a ella como: “Filosofía es una doctrina que usa un conjunto de razonamientos lógicos y metódicos sobre conceptos abstractos como la existencia, la verdad y la ética basados en la ciencia, las características y las causas y efectos de las cosas naturales como el ser humano y el universo.”(2).
Pero al insistir en el tema y contemplar otros matices de esta disciplina, nos damos cuenta que dichas apreciaciones no son muy exactas. Veamos por qué.
Antonio Gramcsi, filósofo Italiano, escribió en uno de sus famosos cuadernos durante su largo cautiverio que, para transformar el presente es necesario conocer sus orígenes lejanos, su génesis(3). Luego entonces, si queremos obtener una definición de filosofía acorde a nuestro tiempo debemos ir a sus orígenes. La más usada es la etimológica, es decir, desde sus raíces: phylos = amor, Sophya= sabiduría, que surgió en la antigua Grecia. Pero en mi opinión, esa opción no nos ofrece ninguna respuesta que podamos utilizar para comprender bien su origen, ya que la palabra phylos, o amor, no significa lo mismo que los griegos proponían hace más de dos mil años. No era el concepto de amor como lo conocemos hoy en día, se trataba de una manera de referirse al apego, al deseo por el conocimiento, a esa inquietud por explicar su entorno.
Otra manera de definirla es, como expresé líneas arriba, de forma científica. El inconveniente con esta segunda opción surge porque la filosofía y la ciencia suponen características distintas. El conocimiento científico es metódico, sistemático y sujeto a comprobación(4). Metódico porque se obtiene mediante un conjunto de procedimientos ordenados, repetibles y autocorregibles. Sistemático porque es ordenado y coherente, no se limita a explicar un hecho aislado sino establece regularidades entre fenómenos. Y sujeto a comprobación porque debe pasar el examen de la verificación empírica. Es decir, establece conclusiones con base en la experiencia. Por el contrario, el conocimiento filosófico es reflexivo, unificado y justificado racionalmente. Reflexivo porque es consciente de sus propias operaciones, de su propia comprensión. Unificado porque aspira a integrar los diferentes aspectos de la realidad. Y justificado por la razón porque somete el argumento explicativo a principios lógicos que determinen su validez o invalidez. No implica ninguna comprobación ni experiencia que tenga que ser sujeta a repetirse para arrojar resultados. La filosofía alude a la conciencia de la realidad (ontología), la ciencia se refiere a la explicación material (cosmológica) del entorno. La ciencia estudia los fenómenos físicos, la filosofía los metafísicos. La filosofía propone preguntas, la ciencia emite respuestas sistemáticas. La ciencia busca la verdad, la filosofía, la realidad.
Platón, en sus Diálogos, concretamente en el Teetetes nos ilustra con un pasaje que explica perfectamente mi punto: “Se cuenta que Tales de Mileto, ocupado en la astronomía, y mirando hacia lo alto, cierta vez cayó en un pozo, y que una sirvienta de Tracia, de espíritu alegre y burlón, sonrió diciendo que él, al afanarse por saber lo que veía en el cielo, se olvidaba de lo que tenía delante y a sus pies”(5). En este relato, Tales se encontraba haciendo una reflexión con los ojos fijos al cielo, pensando sobre los fenómenos que tenía ante él, sin hechos anteriores o posteriores que pudieran ofrecerle conclusiones basadas en comprobaciones científicas. Estaba simplemente sumido en una actitud filosófica, como el gran Sócrates de quien se dice que pasaba horas en una sola posición, filosofando. Y la sirvienta, quien veía un hecho totalmente comprobable, previsto por la experiencia, suponiendo que al no darse cuenta que había un hoyo en el suelo, Tales irremediablemente caería al vacío. Sacaba conclusiones sobre la actitud física del maestro. Ella lo interpretaba de una manera científica, irreflexiva, por este saber práctico, sin ir más allá que lo permitido por las acotaciones científicas.
Por esa razón la filosofía no debe ser considerada como una ciencia, prefiero llamarla una actitud contemplativa reflexiva, porque nos lleva a trascender las expectativas que propone lo científico. Esta sería una muy buena definición de filosofía. ¿Quiere decir con esto que la ciencia no cuenta con un respaldo confiable para guiar nuestra vida en este planeta? No, quiere decir que de la filosofía se desprenden las distintas disciplinas que nos rigen en nuestros días, como la misma ciencia, la psicología, la medicina, las matemáticas, la sociología, etcétera. Podemos concluir por esto que la filosofía no se basa en la ciencia, pero la ciencia tiene sus bases en la filosofía.
1. Colaboradores de Wikipedia, "Filosofía" Wikipedia, La enciclopedia libre, https://es.wikipedia.org/wiki/Filosof%C3%ADa (consultado el 2 de marzo de 2020).
2 Colaboradores de Significados, "Filosofía". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/filosofia/ (Consultado: 8 de marzo de 2020)
3. Buci-Gluksmann, Cristinne. "Hacia una teoría materialista de la filosofía”. Gramcsi y el Estado. p. 34. España: Editorial Siglo Veintiuno, 1978.
4 Méndez González Luz del Carmen, Hilda Velásquez Barragán y Leonor Pérez Nowaihed. Filosofía p. 8 – 9. México: Compañía Editorial Nueva Imagen, 1997.
5 Montejano Uranga, Jesús. Textos filosóficos I .Cuarto Semestre SEP Preparatoria Abierta SEP. México: SEP, 1983.