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La filosofía y la sociedad.
Autor: José Carlos Villalobos Ávila.

El alcance de la filosofía no es solamente teórico, es en el aspecto práctico donde se pone de manifiesto su importancia. Así, para llevar a cabo la práctica del conocimiento filosófico se debe tomar en cuenta el núcleo social. Es en la sociedad donde la filosofía surte efecto. Por esa razón tiene una relación especial con la sociología. Esto se puede observar en conceptos que se asocian con esta área. Uno de ellos es la cultura. “En sociología, la cultura se refiere a la totalidad de lo que aprenden los individuos en tanto miembros de la sociedad; es una forma de vida, un modo de pensar, de actuar y de sentir”. (Chinoy 1983, P 36).
Algunos hombres y mujeres han entrado en la categoría de filósofos por sus descubrimientos, precisamente utilizando como laboratorio este núcleo social mediante otras disciplinas. Tal es el caso de Karl Marx, cuyas aportaciones se consideran parte del ámbito filosófico por sus ideas con base en dos importantes corrientes de pensamiento: El Materialismo dialéctico y el Materialismo histórico. El materialismo dialéctico es una ciencia de las leyes generales del desarrollo de los fenómenos de la realidad objetiva y del proceso del conocimiento. “El concepto fundamental del materialismo dialéctico es el de la materia, entendiendo como tal a la realidad objetiva” (Luz Carmen Méndez González 2003, P 114) . Se puede explicar como la conciencia basada en la materia, el hecho de ser consciente de la existencia en esta realidad, y de pertenecer a un grupo social.
En el caso del Materialismo histórico, Marx encontró en este concepto una manera muy interesante para establecer un análisis de la sociedad, lo cual no es nada sencillo por la complejidad de la misma. Pero ¿En qué consiste? El materialismo histórico es una corriente surgida en el siglo XIX y establece una relación entre los conceptos de “abstracción” y “concreción”.
Para llegar al conocimiento de un objeto cualquiera, se debe partir desde lo abstracto hasta llegar a lo concreto. Es decir, al inicio del proceso solo se tiene una concepción vaga de lo que se pretende expresar. En este punto el objeto en cuestión es una idea solamente, subjetiva, inmaterial, solo está en la mente. Un bolígrafo por ejemplo, para poder establecer que se trata efectivamente de un bolígrafo deberá pasar por el proceso de conocimiento, agregando características llamadas determinaciones que lo vayan definiendo en un contexto material como sigue: Primero se podría decir que es un producto, después se agregan características de este objeto. Ahora es un producto que se vende. Pero eso aún no nos dice que se trata del objeto determinado, se necesita ser más específico porque existen miles de productos que se venden. Se tiene que seguir agregando más características que poco a poco nos lleven a saber de cuál objeto se trata. Quedaría más o menos de esta manera: Es un producto que se vende, que sirve para escribir, que tiene tinta color azul, está hecho de plástico; que cuenta con un tapón. Y se puede determinar aún más esa concreción estableciendo además de esas características, la pertenencia específica de alguien, su dueño. Con este proceso se llega al conocimiento de un objeto. Pero al hablar de la sociedad no es tan simple establecer un conocimiento sobre ella, por tratarse de un concepto ya concreto. Lo que se debe hacer es proceder en sentido contrario, partir de lo concreto quitando características pero sin llevarlo hasta lo abstracto, porque estaríamos hablando de una sociedad utópica. Entonces el proceso se detendrá en la Economía. Marx observó que es en esta ciencia donde se puede analizar a la sociedad porque es en la economía donde los seres humanos satisfacen sus necesidades básicas, tales como alimentación, vestido, vivienda, etcétera. Luego entonces, según esta importante corriente de pensamiento “Todos los fenómenos sociales, son consecuencia en última instancia, de lo que ocurre en el terreno económico”. (Uuc-Kib Espadas Ancona 2007, P 10-17)
La economía supone el consumo, que a su vez activa la producción que es el proceso más importante de la economía. Para producir, el hombre cuenta con dos tipos de recursos que son las materias primas, bienes que han sufrido alguna transformación. Y las materias brutas, bienes tal y como se obtienen de la naturaleza. También, para este proceso productivo se necesitan instrumentos de trabajo como máquinas, tecnología y herramientas. A todo esto en conjunto se le denomina medios de producción. A los dueños de los medios de producción se les conoce como propietarios (dueños) y los que invierten su fuerza de trabajo en la elaboración de productos son productores directos (trabajadores). Estos dos grupos siempre están en pugna conformando las clases sociales, y constituyen la estructura económica de la sociedad. Para que estas relaciones tengan lugar, existen fenómenos que son distintos a los que trata la economía. Tal es el caso de la superestructura. El prefijo súper significa sobre algo, entonces es lo que está por encima de la estructura. Esta superestructura está formada por la clase dominante (dueños ) que controla a la clase dominada (trabajadores) mediante una institución llamada Estado, que regula por medio de normas( política) a esta estructura generando prácticas de poder que mantienen las relaciones sociales tranquilas y trabajando en beneficio de los dueños de los medios de producción. Esto tuvo como consecuencia que a través del tiempo los gobiernos derivados de la organización del Estado implementaran modelos económicos regidos en función de unos cuantos poderosos que controlan el dinero, o sea el capital, de ahí el concepto de capitalismo que duró varias décadas convirtiéndose consecuentemente en neoliberalismo, que vino a trascender en una economía de libre mercado la cual rige al mundo en este momento. También se establece con este análisis que estos fenómenos son cíclicos ajustando estas relaciones sociales de producción cada determinado tiempo resultando en una depuración en los sectores de la sociedad en función del aspecto económico mundial.
Tal es la aportación de Karl Marx en el pensamiento filosófico que se le otorga un lugar especial producto de su análisis, que ha resultado una herramienta indispensable para establecer un conocimiento objetivo de la sociedad a través de la historia. ¿No es extraordinaria la filosofía?
Referencias bibliográficas.
Chinoy, Ely. 1983. La sociedad Una introducción a la sociología. México, D.F. Fondo de Culrura Económica.
Luz Carmen Méndez González, Hilda Velásquez Barragán, Leonor Pérez Nowaihed.2003 Filosofía. México, D.F. Nueva Imagen.
Uuc-Kib Espadas Ancona, Guadalupe Reyes Dominguez, Iván Vallado Fajardo.2007. Estructura Socioeconómica de México. México, D.F. Nueva Imagen.