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La influencia de la economía en las finanzas.
Autor: José Carlos Villalobos Ávila

Ya se ha mencionado en anteriores capítulos que el conocimiento en el área de economía es básico para acceder al mundo de las finanzas. Términos puntuales como inflación, desempleo, demanda, oferta, microeconomía, macroeconomía, constituyen la base para que las empresas, o corporativos, tomen decisiones que involucran el accionar de sus negocios y las proyecciones a futuro a los que aspiran sus dueños. Es en ese aspecto, que las finanzas dependen de la economía.
Quien se hace cargo de esas decisiones en las empresas es el administrador financiero, director financiero o CFO (Chief Financial Officer) por sus siglas en inglés. Es responsable de la función financiera y estratega ante el comité de dirección. Se ha convertido, en tan solo unos años, en uno de los protagonistas fundamentales de la gestión de las empresas. Debe ser, además de un experto en finanzas, un conocedor de la teoría económica, pues en sus manos está el recurso económico de la empresa.
La economía global se ha convertido en una constante, las telecomunicaciones permiten que se cierren miles de tratos a distancia entre empresas cada día. Las exigencias en materia financiera dentro de los consorcios corporativos cada vez son más, requieren de personas preparadas en la toma de decisiones de índole monetario. Una corporación es una empresa en la que su capital está en manos de accionistas cuyo derecho está representado por títulos de valor llamados acciones, y que además se compran y venden en las Bolsas de valores del mundo.
Dentro de estas empresas transnacionales se mueve una gran cantidad de dinero, sea por el activo que manejan, sea por el capital que aportan los socios. Los recursos monetarios son básicos para el logro de los objetivos de las empresas, ya que con este recurso se pueden financiar todas las operaciones que se necesitan, así como las inversiones en diversos activos. He ahí la importancia de la economía en la estrategia que el administrador financiero decida llevar a efecto. Este importante personaje no está sólo en su labor, pues necesita de otros elementos cuya importancia es tal que, en cada corporativo, está delineado su propósito y sus aportaciones para que las decisiones del administrador financiero lleguen a buen fin. Se trata de la contraloría, y la tesorería.
La contraloría es la actividad encargada de la planeación para el control, información financiera, valuación y deliberación, administración de impuestos, informes al gobierno, coordinación de la auditoría externa, protección de los activos de la empresa y la valuación económica. Por su parte, la tesorería se refiere al área de una empresa donde se maneja el recurso monetario, donde se incluyen básicamente la cobranza, la gestión de los depósitos bancarios, la ejecución de pagos a proveedores, a los acreedores o deudas a corto plazo, y su función principal es contar con el recurso monetario suficiente para disponer y realizar las operaciones de acuerdo al giro de la empresa. Es de suma importancia el departamento de tesorería, debido a que toda empresa requiere de recursos económicos para seguir adelante. Una organización que no tenga suficientes fondos financieros no podrá subsistir, por lo tanto, es importante una estructura financiera debidamente organizada para la obtención de recursos, y así poder seguir adelante en el mercado, coordinar y asignar fondos a los departamentos de la empresa que así lo requieran y necesiten. (García Padilla, 2015)
Como vemos, la presencia de los principios económicos permite que, al llevarlos a cabo, arrojen resultados que cumplan con el objetivo principal de una corporación: maximizar su riqueza agregando valor a la empresa de tal forma que se refleje el precio de las acciones de la misma en el mercado.
Referencias:
García Padilla, V. M. (2015). Introducción a las finanzas. Editorial Patria.