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La Inteligencia Artificial es una broma.

Por: Wizard

En 2019 se escribe el primer libro escrito por una inteligencia artificial. El libro es una recopilación sobre distintos artículos científicos de la plataforma SpringerLink donde habla de las baterías de Litio. El libro se titula: Lithium-Ion Batteries: A Machine-Generated Summary of Current Research.

Este libro nos permite tener más información en menor tiempo. La inteligencia artificial se encarga de simplificar la información de varias investigaciones científicas. Esto nos permite ahorrar el tiempo de investigación y llegar a un resultado de manera casi automática.

Esto se adapta muy bien a los tiempos de la velocidad, de la rapidez. Sin embargo, al menos para el humano, la inteligencia y el desarrollo científico requiere un tiempo. Es muy común en nuestra sociedad querer tener conclusiones sin realizar el método necesario. Nos informamos en TikTok por su inmediatez para llegar a “conclusiones”.

Primero se pone en tela de juicio la fugacidad del tiempo. Ahora, abordaremos lo que la inteligencia artificial puede realizar en los terrenos “humanos”.

El libro es con fines informativos, no lúdicos. O sea, es un libro educativo, no un libro sobre filosofía o literatura, por mencionar algunas artes.

Aquí surge la primera pregunta: ¿puede la inteligencia artificial crear una obra que trascienda el tiempo o que toque las fibras más sensibles y profundas del ser humano? ¿Habrá una novela como el Quijote o un poema como los de Walt Withman?

¿Qué se necesita para que la I. A. (Inteligencia Artificial) logre algo parecido? El programa puede aprender toda la forma de escritura del Walt Withman y replicar la forma poética del escritor. Puede saber que habla sobre los árboles, la naturaleza y la belleza. La I.A. comienza a hablar sobre la belleza de un árbol e imita la forma. ¿Eso es Walt Withman?

Podemos creer que al humano lo caracteriza algo como el alma. Pero no sabemos qué es y no sabemos si existe tal cosa. Pausaremos la idea del alma para desarrollar otras ideas como la de las metáforas y la sensibilidad.

El humano conoce el mundo a través de los sentidos y trata de darle un orden a través de una razón que en muchos de los casos no es muy útil. Con los sentidos que tenemos comenzamos a recibir información del mundo pero, a su vez, dotamos al mundo de información. Ese mundo que llamamos objetivo, por el momento no lo es tanto.

Veamos un ejemplo. Con las redes sociales se crean patrones de comportamiento de las personas y como dichos patrones nos pueden manipular ofreciéndonos un termo, un video o una postura política que nosotros recibimos sin cuestionar cómo llegó ahí. En redes encontramos lo que buscamos. No porque sepamos lo que buscamos, sino porque hay un patrón que tomó la I. A. y nos ofreció algo siguiendo este patrón. Pero, ¿es capaz de crearnos y moldearnos la I. A. sin necesidad de nuestras interacciones en redes? Esto es, la I. A. necesita de un sistema nervioso (ubicado en nosotros) que reaccione. La I. A. necesita que yo le pida canciones, busque artículos, etc. Nuestras interacciones les da ese sistema nervioso que necesita para crear códigos, patrones.

La I. A. no puede crear nada por sí sola porque carece de una experiencia de sí misma. Esa diferencia tan dulce y tan terrible que tiene el humano, percibirse a sí mismo y tener la certeza que morirá. La angustia de vivir y morir. Hasta ahora no he visto a un animal sintiendo angustia existencial. Tampoco he sabido que mi computadora necesite ir a terapia después de leer los artículos que escribo.

Saberse finito. Sentir angustia por morir, por pagar la renta. Sentir que la vida va perdiendo valor o ganándolo. Que probablemente moriremos siendo un don nadie y nadie nos recordará. Todo eso nos sitúa en un lugar.

El lugar y el tiempo en el que estoy son específicos. Pero existe algo más afuera de mí. Le llamaremos lo Otro, el Mundo, la Naturaleza o cualquier nombre que quiera ponerle a eso que no es Yo (en su caso, usted).

Todo ese Otro en contacto con uno mismo es lo que abre la puerta para el arte. En específico la poesía son imágenes mentales que evocan un sentimiento o emoción humana. La belleza de las palabras junto a la visión del creador, se provoca algo que puede ser angustia, tristeza, rabia, amor y hasta un sentimiento místico. Esto gracias a la mirada del creador junto a ese lenguaje.

La metáfora es una suerte de mentira, un mito, una imagen que evoca algo más allá de las palabras que se están articulando. Está el texto y el lugar a donde nos lleva el texto. La I. A. puede interpretar el texto de manera literal, pero el lenguaje no solo es referencial (que describe cosas del mundo).

Dejando de lado lo poético, pero no lo creativo, nos preguntamos si la I. A. pudiera hacer comedia. Supongamos que sucede lo mismo que con la literatura. La I. A. puede conocer la estructura de un chiste, los temas que más hacen reír y crea un chiste. Hay un video en Youtube de stand up hecho por I. A. No quiero coronar al humano, pero no me gustó en absoluto. De tres minutos de comedia, solo pude ver uno y me aburrió. Insisto, la I. A. sabía cómo hacer el chiste pero seguramente le faltó ir a Open Mics (micrófonos abiertos, donde los comediantes calan sus chistes a ver si son buenos o si los deben editar). Tal vez no me causó risa porque no soy una computadora.

¿Qué es lo que hace gracioso al comediante? No hay una respuesta única pero pondremos varios elementos.

Un elemento que considero importante es el contexto. Esto es el tipo de personas, el tipo de humor, el lugar, y todo lo que rodea la presentación. No es lo mismo hacer chistes en un bar a un café. No es lo mismo hacer un chiste para gente rica que para gente pobre. Por esto, lo que trata el comediante es que su chiste busque la universalidad (que haga reír a todos independientemente del lugar y la persona).

Pero, ¿Cómo voy a conectar y sentir empatía con el comediante? Lo primero que necesito saber es que es una persona vulnerable, un humano. Veo una persona que sufre, siente, que tiene inseguridades, que es maligno, o sea, que es como cualquiera de nosotros.

Otro elemento importante es que tome un elemento que me sea conocido, que sea común para ti y para mí. Por ejemplo, cerrar la puerta. ¿Sí cerraron la puerta al salir? ¿Dudan? ¡Yo también! La diferencia es que ustedes tienen miedo que se metan a su casa a robar y mi miedo es que regresen los dueños de la casa. Si hablo sobre la teoría de las cuerdas no lo vamos a entender. Pero si esa teoría de las cuerdas son las del ring, probablemente sea más accesible.

Tenemos un elemento que conocemos los dos y tenemos un sentimiento. La I. A. solo puede conocer los elementos comunes pero no tiene un sentimiento frente a ello. ¿Cómo podría demostrarme la I. A. el coraje que da que se te caiga el recogedor justamente cuando ya habías levantado toda la basura? Necesita un rostro, una máscara.

Jamás veremos la cara de vergüenza de una I. A. cuando estorba a alguien en el mercado. Mucho menos veremos a la I. A. voltear a los dos lados de la calle al momento de cruzar (aunque la calle sea de un sentido) porque esa computadora no es mexicana y no reconocerá que el mexicano promedio es imbécil para manejar (sin mencionar que maneja ebrio). La I. A. no tiene cultura, por lo tanto no comparte códigos no verbales.

El hombre bromea de su desgracia, se hunde, se desencanta y lo hace de una manera creativa con la capacidad de conectar con el otro y de hacerlo cómplice de la vida, de la situación. La I. A. no tiene nada que integrar, nada que sentir, nada que pensar, solo procesar, y con lo único que quiere conectar es la luz. Y no es como que extrañe algo o alguien.

El autor, que aunque muchas veces funciona como un autómata, no considera que la I. A. sea un sustituto humano, al menos dentro de la esfera creativa. La inteligencia surge cuando hay un salto de creatividad gracias a la estimulación del sistema nervioso.

Debemos recordar que el Todo no es la suma de sus partes. Aunque la I. A. sepa el lenguaje y las palabras mucho mejor que nosotros no va poder crear metáforas. Las metáforas sirven para abstraer el mundo (mundo objetivo, lógico-formal, referencial) y poder interiorizarlo (hacerlo nuestro). El chiste puede que sea una herramienta para que quien ríe y quien hace reír sean uno. Una forma muy particular de borrar las fronteras que separa la otredad de nosotros.

Si usted no es un robot, ría.

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