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Pensando la homosexualidad

Por: Paola Juárez.

Leí un artículo de Trópicos, una revista de filosofía, era un artículo de Mariela Solana en el que nos habla sobre los orígenes de la homosexualidad masculina y en el aparecen las pisiciones explicativas de dos escritores sobre estudios de género: John Boswell y David Halperon, el primero que defendía la idea de que siempre han existido homosexuales y el otro que defendía que la dicotomía homosexual y heterosexual es un invento social reciente.

Pues bien, dentro de este debate nos encontramos con la explicación de cada uno de los estudiosos sobre los orígenes de la sexualidad masculina, por ejemplo Boswell explica que existieron personas homosexuales en el medioevo y en la antiguedad y según se explica, en la antiguedad no se creía que la homosexualidad era un rasgo positivo y caracterísico de algunas personas, sino un acto que cualquier ser humano podía cometer.

Al parecer, los griegos y los romanos por ejemplo, tenían en cuenta la pederastía, una práctica sexual aristócrata en la que un adolescente y un hombre adulto se relacionaban con fines sexuales, pedagógicos y morales.

Si Para algunos historiadores la sociedad griega era una sociedad indiferenciada en términos del género del objeto sexual, es decir, una elección que era meramente circunstancial y no el reflejo de una identidad sexual, para Boswell sí existen dos tipos de personalidades que se conocen por textos antiguos en los que sí se ve una clara diferencia entre los hombres atraídos preferentemente por mujeres y hombres atraídos preferentemente por hombres y entre estos textos antiguos está el mito de Aristófanes que aparece en El Banquete de Platón y en él nos explican sobre la naturaleza del amor rastreando hasta un pasado arcaico en el que los humanos estábamos divididos no en dos, sino en tres géneros (me recordó un poco a la serie Dark, emitida en Netflix, por su insistencia en una historia no binaria, sino que se divide en tres) al parecer había seres con dos juegos de genitales masculinos, seres con dos juegos de genitales femeninos y por último, seres andróginos, que poseían genitales masculinos y femeninos.

Por atentar contra los dioses, los humanos fueron castigados por Zeus y cortados en dos, a partir de ahí, cada mitad comenzó a vagar por el mundo buscando su parte faltante y cuando la encontraba sólo quería abrazarse a ella, pero a la vez que fueron cortados a la mitad les voltearon la cabeza y quedaron con sus miembros de espaldas, así que muchos de ellos morían al no poder reproducirse, así que Zeus decide trasladar sus genitales al frente para que pudieran engendrar y que siguiera existiendo la especie.

Así es como se relataba entonces la diversidad sexual que existía, y siguiendo con los griegos también revisé un artículo de Ana Echeverría Arístegui en el que nos dice que la actividad que estos tenían era la pederastía y para los griegos era parte de una etapa indispensable de la educación de los jóvenes aristócratas. Nos cuenta que en Creta existía un rito de iniciación en el que un hombre adulto elegía y raptaba a un muchacho que le gustase, todo con el consentimiento de los padres, al parecer, ser raptado se consideraba un honor porque garantizaba al muchacho una buena posición social. Eso era en Creta pero en Atenas este asunto era más refinado, dice la escritora, porque se trataba de un flirteo y galantería, a partir de los dieciséis años los muchachitos comenzaban a recibir regalos de sus admiradores y si el muchacho aceptaba, podía convertirse en su protegido, pero el muchacho tenía que hacerse un poco del rogar porque no era bien visto que aceptara tan rápido los regalos que se le hacían.

Estos dos tipos de hombres de la sociedad ateniense tenían nombres definidos y muy específicos: Erástes y Erómenos, el hombre adulto tenía el título de Erástes y el muchacho jóven era Erómenos, este debía ser atractivo, inteligente y virtuoso, Erástes, el adulto, era como un mentor que enseñaba a su amado a cuidar sus impulsos y comportarse como un ciudadano responsable, el jóven Erómenos acompañaba a su amado a los banquetes y al Ágora y los jóvenes aprendían las bases de la democracia y el arte de la política, cuando al jóven Erómenos le crecía totalmente la barba pasaba a ser adulto y podría convertirse en Erástes de un adolescente.

Pero lejos de asustarnos o sorprendernos por las prácticas sexuales de los antiguos griegos, voy a tener que estar de acuerdo con la postura de Boswell cuando menciona que si bien en la antigüedad existían descripciones para referirse a actos sexuales con personas del mismo sexo, no había conceptos precisos para nombrar lo que hoy denominamos homosexual o heterosexual, ese concepto aparece por primera vez a finales del siglo XIX por psicólogos alemanes, entonces, estos griegos no tenían conciencia de estas categorías, para los griegos era más importante categorizar sobre la casta, si era casado, soltero,etc. pero no era importante hacer catgorías sobre las preferencias sexuales.

En el mismo artículo que les comenté al principio, a su vez, el otro autor que mencioné David Halperin, dice que él tiene una postura Foucaultiana para pensar en la emergencia de la homosexualidad y heterosexualidad, ya que explica en sus tesis que estas dos categorías no representan aspectos eternos de la psique humana sino que son producciones cullturales modernas, para Halperin la sexualidad es una construccion científica caracterizada por identificar a la orientación sexual como el rago distintivo de las personas que habilita una división y clasificación de la población humana y hace una comparación con los hábitos dietarios, por ejemplo, que hoy hay personas que prefieren comer carne roja y otras que prefieren carne blanca pero no se nos ocurrirá pensar en que estos gustos supusieran un rasgo positivo, estructural o constitutivo de su personalidad, pues para los griegos algo similar ocurría con sus gustos sexuales, notaban que había una variedad de gustos sexuales pero no individualizaban a los seres humanos según sus preferencias, ya que asumían que todos compartimos la misma serie de gustos eróticos, entonces diferenciar a las personas por sus gustos sexuales sería tan injusto comos si las diferenciáramos por sus gustos sobre la comida.


Fuente:

https://www.redalyc.org/pdf/3230/323053420015.pdf

https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-antigua/20170801/47311166977/homosexualidad-antigua-grecia.html



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