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Théroigne de Méricourt, la Amazona de la Revolución.


“Los progresos sociales y los cambios de período se realizan por el progreso de las mujeres hacia la libertad [...]. La extensión de los privilegios de las mujeres es el principio general de todos los progresos sociales”.

CHARLES FOURIER

Por: Paola Juárez.


Una revolución no es más que un cambio súbito, una nueva evolución, viene del latín “Revolutio'' y generalmente se toma como significación a una modificación radical y profunda, una nueva transformación que viene a quebrar antiguas formas.

Ya les he escrito en ocasiones anteriores sobre diversas mujeres que con sus acciones, palabras y pensamiento fueron creando, de modo cada vez más evidente, los preámbulos del Feminismo, puesto que cuando aquellas mujeres se rebelan al no querer resignarse a vivir y comportarse como los hombres deciden que deberían, todavía no existía dicha palabra, aún así, el germen de igualdad en todas condiciones estaba ya latente en algunas mujeres de aquella época.

Todas y cada una de las mujeres de las cuales se ha escrito en este espacio tienen distintas particularidades y demandas con las que quisieran cambiar su situación, cada una en una visión específica y no es caso distinto el de la mujer de la cual quiero platicarles hoy: “La Bella Liejense”.

A ella se le recuerda no por sus teorías, escritos o panfletos con demandas a la sociedad, sino por su furia, por su valentía, su osadía y sus actos. Encarna la proclamación de igualdad de hombres y mujeres ¿Cómo? ¡Ella misma dirigiéndose al frente de batalla!.

Pero primero, un poco de contexto, nos encontramos en un momento de profundos cambios, radicales más bien, una forma de gobierno iba a terminarse y muchas personas tienen que morir para que eso suceda, miles de ellas. La sociedad que existía en aquel entonces era una muy marcada por tres clases sociales o estamentos: La Nobleza, El Clero y El Pueblo Llano, dos de estas tres tenían la riqueza y el dominio sobre el restante, creo que ya imaginan cuál, ese era el régimen autoritario que se le conoce como Absolutismo, la nobleza y el clero subyugaban repetitivamente al pueblo llano que trabajaba de amanecer a anochecer para mantener a los dos estamentos por encima de él, era de suponerse que éstos no podrían aguantar tanto tiempo con esta situación, la cual se agravia cuando hay una crisis económica por malas cosechas y heladas, no había abastecimiento suficiente de alimentos tan básicos como el pan, esto hace que el pueblo enfurezca, además que eran los únicos que debían pagar impuestos, no tenían derechos ni libertades y la monarquía absoluta del rey Luis XVI no daba respuesta a estas crisis. Con este clima político y económico surgen movimientos políticos que comienzan a crear otras formas de organización social como una división de poderes que tenía como lema “ Libertad, Igualdad, Fraternidad” conceptos que eran sólo adjudicados a los hombres, se comienzan a hacer Asambleas Nacionales para reclamar derechos y controlar el poder del rey, que como mencioné anteriormente, era absoluto sobre todos los habitantes de Francia.

Es en este tiempo y espacio que aparece la Bella Liejense Anne-Joséphe Therwagne más conocida como Théroigne de Méricourt, provenía de una familia de campesinos, su madre muere cuando ella tenía cinco años y su tía la envía a un convento pero más adelante el convento le pareció demasiado caro y la lleva a su casa teniéndola de criada, escapa a la casa de su padre pero él ya había formado una nueva familia y su madrastra la maltrataba así que vuelve a huir a la casa de su abuela llevándose a dos de sus hermanos de los cuales se ocupó ella, la abuela también la maltrataba y vuelve a huir. Tuvo varios trabajos como vaquera, institutriz de niños y luego, como dama de compañía de una mujer adinerada que le permitió aprender a escribir y música.

Su vida amorosa no fue buena, un cantante italiano la abandonó cuando estaba embarazada de su primera hija quién murió de viruela, él la había llevado a Italia con el pretexto de hacerla famosa cantando y la estafó, ahí contrajo la sífilis y fue a curarse con mercurio a Génova, viaja a Nápoles y a Roma y regresa a Francia en el momento de la Revolución: 1789, ahí comienza a involucrarse cada vez más en los asuntos políticos y abrió un salón en donde los políticos se reunían de noche, fundó también en 1790 junto con Gilbert Romme la “Sociedad de los Amigos de la Ley”.

La prensa la llamaba “Ramera Sanguinaria” que habría tratado de asesinar a María Antonieta, la acusan también de dirigir a los insurrectos del 5 y 6 de octubre y no obtiene el apoyo de sus “amigos”, se queja de una propuesta de la Asamblea: “Los derechos del hombre sobre la mujer y los derechos del padre sobre sus hijos son los del protector sobre su protegido”.

La “Sociedad de los Amigos de la Ley” fue disuelta y ella se va a Bélgica en donde ahora la acusan de haber sido enviada por los Jacobinos para derrocar a la monarquía austríaca, la llevan a Viena para encarcelarla con acusaciones falsas pero el emperador Leopoldo la deja libre por falta de pruebas en su contra y se va a Bruselas y después de nuevo a Francia en donde se había hecho famosa por las acusaciones anteriormente mencionadas y es en ese entonces cuando propone la creación de las “Legiones de Amazonas” convocando a las mujeres del campo hablándoles de sus deberes y derechos cívicos: “Armémonos: tenemos ese derecho por naturaleza e incluso por la ley. Mostrémosles a los hombres que no somos inferiores a ellos ni en virtudes, ni en coraje […]. Es hora de que las mujeres salgan de su vergonzosa nulidad. ¿Los hombres creen que son los únicos que tienen derecho a la gloria? Nosotras también aspiramos al honor de luchar por una libertad que es quizá más importante para nosotras que para ellos, ya que los efectos del despotismo pesan más duramente sobre nuestras cabezas que sobre las de ellos. ¡Armémonos!”.

Con este llamado a la acción, a las armas y a la rebelión contra un sistema político incitaba a una venganza, en ella se avivaron la furia del cambio, con ella al frente, miles de mujeres combatían en las fronteras como si fueran soldados, cañoneros o granaderos, algunas se vestían de hombres, otras se inscribían en clubes y se organizaban para escribir en periódicos sobre su lucha y reivindicación, siempre dando a notar su rabia, unas mediante la violencia de las armas y sus actos, otras mediante el ímpetu de sus letras, queriendo compartir derechos y responsabilidades para defender la república.

Su historia a partir de ese movimiento político fue bastante dramática y no podía ser menos, sus palabras y actos bastante radicales le propiciaban de manera concurrente ser objeto de burlas y ridículos, la acusaron de nuevo de ser la Amazona que perturbaba el orden público, también de participar en el asesinato colectivo de Francois Seleau y un día de mayo de 1793 los Jacobinos la desvisten y apalean, le propinan una nalgada pública a su cuerpo desnudo y ella pierde la razón, su hermano la interna en el hospicio para locas de Faubourg y luego en el Salpetriere en donde iban las mujeres denunciadas por sus maridos o padres, ahí fue abandonada y encadenada “pronunciaba discursos revolucionarios delirantes, comía basura, bebía agua sucia, se paseaba desnuda y se mojaba con agua helada en pleno invierno, con una resistencia física increíble. Terminó rechazando todo alimento y murió de hambre el 23 de junio de 1817. Su locura ilustra, en cierto modo, el desvarío de la Revolución”.


Referencia bibliográfica:

Auffret, S. (2020) La gran historia del feminismo.


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